En el Colegio Zola Valdemorillo, estamos convencidos de que el desarrollo integral de nuestros estudiantes pasa por trabajar tanto su dimensión cognitiva como su dimensión emocional. Entender, gestionar y potenciar nuestras emociones no solo enriquece nuestras experiencias individuales, sino que también fortalece nuestras relaciones y contribuye al bienestar colectivo. Este enfoque está en el corazón de nuestro modelo educativo, que integra el pensamiento emocional desde las primeras etapas de la infancia, tanto en el aula como en el hogar.
Un programa emocional innovador y reconocido
El compromiso del Colegio Zola Valdemorillo con el pensamiento emocional ha sido reconocido por la Confederación Española de Centros de Enseñanza (CECE) de Madrid, que ha premiado nuestro programa propio de pensamiento emocional. Este programa se basa en un enfoque práctico y estructurado para el desarrollo de habilidades esenciales, como:
- Habilidades sociales: fomentar relaciones positivas y respetuosas.
- Autoconocimiento: ayudar a los estudiantes a identificar y comprender sus emociones y fortalezas.
- Asertividad: enseñarles a expresar sus ideas y sentimientos de manera clara y respetuosa.
- Empatía: aprender a comprender y conectar con las emociones de los demás.
- Resiliencia: dotar a los alumnos de herramientas para superar las adversidades.
- Liderazgo y trabajo en equipo: promover la colaboración y la capacidad de inspirar a otros.
La emoción, parte del día a día
En nuestro colegio, el pensamiento emocional no es un concepto abstracto, sino una práctica diaria. Algunas de las acciones que realizamos incluyen:
- Mindfulness: cada día incorporamos sesiones de mindfulness para que los estudiantes aprendan a gestionar el estrés, mejorar la concentración y estar presentes en el momento.
- Formación continua: toda la comunidad educativa, incluyendo docentes y familias, recibe formación en competencias emocionales, asegurando un enfoque coherente y coordinado entre el hogar y el centro escolar.
- Resolución de conflictos: contamos con un protocolo propio que prioriza el diálogo, la escucha activa y la búsqueda de soluciones constructivas en las situaciones de conflicto.
Un impacto duradero
El trabajo en la dimensión emocional no solo beneficia a los estudiantes durante su etapa escolar, sino que les prepara para enfrentar los retos de la vida con equilibrio y confianza. Con ello, se contribuye a formar personas más felices, responsables y capaces de contribuir positivamente a la sociedad.
En el Colegio Zola Valdemorillo, creemos que invertir en el pensamiento emocional es una apuesta por un futuro mejor para nuestros estudiantes y para el mundo que construirán. Por eso, seguiremos trabajando día a día para que las emociones sean el motor de un aprendizaje completo y enriquecedor.